Desperdiciamos la mayor parte de nuestro tiempo pensando en todas aquellas cosas por las cuales solemos tener días bajos de ánimo.
Como era de esperar, despues de una semana apartada de todo lo que hago habitualmente, la rutina ha vuelto.
Pero esta vez me he prometido transformarla.
Hoy las sábanas parecían estar pegadas a mi, y mi cuerpo al colchón. El despertador sonaba una y otra vez, y yo siempre atrasaba el reloj.
Cuando por fin logré levantarme, al mirarme en el espejo supe que no tendría un buen día. Pensé en todo aquello que me había prometido la semana anterior, si tengo un mal día, haré que sea bueno.
Después de las clases, al llegar a casa, deciddía dejar la mochila y salir un rato.
Sí, yo sola. Me fui a ver la ropa que había llegado en las tiendas de siempre (las únicas que hay) y así poder depejarme un poco de todo.
Regresé a casa, y de nuevo, una mezcla entre agobio y tristeza me inundó por completo.Fue entonces cuando decidí escuchar alguna canción para animarme un poco el día, y ahora me encuentro aquí. Sin saber bien lo que decir, pero deseando poder desahogarme sin mencionar nada.
No quiero escribir sobre el mismo tema de siempre, en cambio, parece que sale solo...es automático.
Como cuando tienes un tic que por más que intentes evitar es imposible, pues así mismo.
Estos últimos días he estado perfectamente, se puede decir que estuve como en otro mundo, conseguí evadirme por completo y puede que sea esa la razón por la cual no he escrito nada ultimamente.
En un rato me pondré a estudiar, y mañana después de las clases, saldré a recorrerme las tiendas de nuevo ( sin dinero alguno en el monedero) . Ahora mismo, creo que eso es lo único que me puede ayudar.
miércoles, 13 de mayo de 2009
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